País: Colombia.
Subgénero: Thriller.
Director: Juan Felipe Orozco.
Reparto: Noëlle Schonwald, Julieth Restrepo, Silvia de Dios, Carlos Serrato, Kepa Amuchástegui, Manuel José Chávez.
Año: 2006.
SINOPSIS
Luego de una fuerte experiencia traumática por la que empieza a sufrir de agorafobia, Vega se ve obligada a pasar un tiempo alejada de su trabajo y marginada de su vida social, y por recomendación de su padre decide mudarse a un nuevo apartamento, en donde prácticamente comienza a vivir como una ermitaña y su vida cambia radicalmente, ve cosas que no puede explicar y escucha voces que no puede ignorar.
A medida que unas horribles visiones se intensifican, Vega empieza a comprender un oscuro rompecabezas. Una serie de situaciones detonantes, una presencia siniestra en el apartamento, la profunda obsesión de su vecina y un incierto y oscuro pasado, llevan a la historia a un escalofriante y sorpresivo desenlace, donde la mente misma termina siendo víctima y verdugo.
Pese a las diversas opiniones en contra de esta película, yo nunca me cansaré de defenderla, porque gústele a quien le guste, es la primera producción en ser vendida para realizar un remake norteamericano. Y no sólo es cuestión de patriotismo, sino porque realmente considero que es una buena película, y que su calidad está muy por encima de lo que en nuestro cine estamos acostumbrados a ver. La actuación de Noëlle es excelente y lleva de gran manera los estados emocionales del personaje. Los demás personajes están muy bien caracterizados, incluyendo a Julieth Restrepo, que aunque algunos digan que le faltó, pienso que supo llevar tensión en su personaje y sus líneas de diálogo, a mi parecer, son las mejores. Lo único que me decepcionó fue no conocer un poco más a profundidad los personajes de los vecinos (Carmen, el personaje interpretado por Silvia de Dios me dejó fascinado, y me entristeció no haberla visto más). El director, muy consciente de eso, argumentó que fue por cosas de presupuesto que no se pudo hacer mucho con estos personajes.
Ahora vamos con la narrativa. Que parece muy J-Horror, sí; que es muy lenta, sí; que es muy saturada, sí; que está llena de pistas falsas, sí; y aprecio todo eso. Porque es cierto que Colombia no tiene una identidad visual en el cine de terror, y es porque la identidad cinematográfica colombiana es tristemente el compilado de putas, drogas y sicarios en las comunas y los insufribles estrenos desenguayabadores de 25 de diciembre. Y por el asunto de la saturación y esas cosas, pues... uno no va a haber películas de terror para sentirse cómodo.
Para los que aún no la han visto, no esperen gore en ella, porque no lo va a haber. No hay escenas de extrema violencia, y me gustó la belleza y la delicadeza con la que se expone la tortura física. Los giros de la trama son inesperados, pero no son cosa del otro mundo. Acepto que me gustó la ambientación (me gustó, realmente me encantó), cada detalle tan excelentemente cuidado y pulido, cada objeto, cada rincón de ese apartamento, tan oscuro, tan deprimente, tan claustrofóbico, tan desolado... ¡Me fascinó! Mis aplausos a estos locos que se atrevieron a hacer cine con dignidad en nuestro país, realmente es un bello experimento y una demostración de que no sólo los gringos y los asiáticos pueden hacer terror.
Calificación: ♦♦♦♦
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